Pues no, contrariamente a lo que podríais suponer, este fin de semana no he ido a ver ni Grand Torino ni Watchmen, he preferido elegir otras películas con más semanas en cartel, para evitar que se nos pasara verlas antes de que desaparezcan de la cartelera. Y de entre las que había, elegimos The Reader (El Lector), de Stephen Daldry - que anteriormente había dirigido Billy Elliot y Las Horas -.
Se trata de una buena película, que trata temas interesantes como el perdón, la redención, el despertar del amor y del sexo de un adolescente, y sobre todo, los motivos de fondo y las circunstancias (personales, de contexto histórico, etc...) que influyen en las decisiones humanas - así como, el modo de juzgar las mismas - pero que, quizás por su excesiva frialdad, no termina de convencerme (al igual que me ocurrió con Las Horas). Creo que el director tenía una gran historia ante sí - basada en la novela del alemán Bernhard Schlink - pero a mi juicio, no dota a su film de la pasión suficiente para terminar de conmover al público, pues la película va perdiendo interés conforme se acerca el final, dejando un regusto amargo.
Se trata de una buena película, que trata temas interesantes como el perdón, la redención, el despertar del amor y del sexo de un adolescente, y sobre todo, los motivos de fondo y las circunstancias (personales, de contexto histórico, etc...) que influyen en las decisiones humanas - así como, el modo de juzgar las mismas - pero que, quizás por su excesiva frialdad, no termina de convencerme (al igual que me ocurrió con Las Horas). Creo que el director tenía una gran historia ante sí - basada en la novela del alemán Bernhard Schlink - pero a mi juicio, no dota a su film de la pasión suficiente para terminar de conmover al público, pues la película va perdiendo interés conforme se acerca el final, dejando un regusto amargo.
La película cuenta la historia de amor entre Michael Berg, un adolescente de 15 años, y Hanna Schmitz, una empleada del tranvía berlinés, que le dobla la edad; esa relación, va mucho más allá del sexo y la pasión, pues como contrapartida a sus encuentros sexuales, Hanna le pide a Michael que le lea todo tipo de cuentos y novelas, pero un día todo termina. Pasados los años, Michael, estudiante de derecho, vuelve a reencontrarse con Hanna, quien se sienta en el banquillo de los acusados, por un terrible crimen ocurrido durante el régimen nazi. Ahí es donde se centra todo el meollo de la historia, y donde se plantean todo tipo de cuestiones/reflexiones sobre las decisiones humanas - que para mi es el tema central del film - pero que no voy a desvelar para no destripar la película.
Kate Winslet (Hanna), quien obtuvo un Oscar y un Globo de Oro por este papel, está como siempre magistral, y compone un complejo personaje con una elegancia y sencillez pasmosas, con toda naturalidad y sin caer en ningún tipo de histrionismo ni en lugares comunes a otros personajes por ella interpretados. Sin embargo, me sorprendió muy gratamente el joven actor David Kross - un completo desconocido, al menos para mí -, que interpreta al adolescente Michael, que está sencillamente impresionante. Quizá, precisamente por eso, por ser un desconocido, y por ello, totalmente inesperada su interpretación (todo lo contrario de lo que esperaba de la actuación de Winslet, que es un valor seguro), me parece, de lejos, lo mejor de la película. Habrá que tenerlo en cuenta en el futuro. Ralph Fiennes, que interpreta al Michael adulto, está muy correcto, pero su personaje tiene ese halo de tristeza y melancolía que ya he visto en otras ocasiones (como por ejemplo, sus personajes de El Paciente Inglés o El Jardinero Fiel).
Puestos a valorar, le daría un 3'5 sobre 5.
1 comentario:
vi la pelicula hace un tiempo, gracias a la recomendacion de un profesor. La verdad le encuentro muchos posibles analisis y la puedo divisar desde diferentes puntos puntos de vista, pero sin duda es una gran pelicula aunque el final no fue lo que esperaba.
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