1º.- "Crack th

Vaya pedazo de disco que se han sacado de la manga los de Atlanta. Sus anteriores lp's no me terminaban de convencer, demasiada tralla, mucha caña burra, pero este album continúa la apertura melódica y la experimentación que se intuía ya en su anterior obra, "Blood Mountain" (2006), con un sonido más rock progresivo que metal, y donde sobre todo el apartado vocal ha mejorado, y mucho a sus anteriores discos, siendo ahora mucho más melódico y, sobre todo, digerible. El disco es un album conceptual, estructurado en torno a la narración de un viaje astral, con un estilo musical que incluye riffs de guitarra pesados, en algunos casos muy técnicos y complejos, ritmos de batería influidos por el jazz, compases sueltos y largos interludios melódicos instrumentales, que son una auténtica pasada. Canciones como la alucinógena “Oblivion”, “Quintessence”, "Crack the Skye" o "Last Baron", hacen creer que podemos estar ante uno de los mejores discos de metal del año.
2º.- "Year Long Di

En plena efervescencia del retorno al rock clásico de los 70 practicado por bandas como The Answer o Wolfmother, aparecieron en escena este grupo de Los Angeles, con un sonido a caballo entre el stoner rock y el hard rock setentero, con influencias del blues, con un magnífico disco de debut debajo del brazo. El grupo está compuesto por el guitarrista y vocalista Daniel Davies, hijo de Dave Davies (The Kinks), el bajista Rich Mullins (ex-Karma To Burn) y el batería Brad Hargreaves (Third Eye Blind), y además cuentan con Sebastian Robertson, hijo de Robbie Robertson (The Band), como manager. Trallazos de puro rock como “Per Qualche Dollaro In Piu”, “Leda Atomica”, "Cold Kiler", "It Ain't Luck", “Galea Aponeurotica”, e incluso temas más progresivos y con aroma al rock psicodélico como "Swan On Black Lake”, es lo que podeis encontrar en este magnífico album de alucinógena portada. Una banda a seguir en el futuro.