Hola de nuevo a todos. Aquí estoy en dura pugna con las legañas en una mañana de esas en las que desearías que el tiempo se parara a las 7:30 y no corriera durante muchas horas para poder dormir a gusto un largo, largo tiempo hasta que tu castigado organismo se recuperara de este duro e intenso fin de semana largo de Fiestas del Pilar. Pero que se le va a hacer, no queda más remedio que hacer de tripas corazón, desperezarte y encaminarte al curro.
Bueno al lío. Ahora que tengo un ratito os voy contar lo que pudimos ver en los dos días del
Festival Independiente de Zaragoza (FIZ). Y como os podéis imaginar hubo de todo un poco...

El viernes abrieron fuego
The Sunday Drivers (a
Visión Túnel, que tocaban antes, no los vimos pues estábamos llenando el buche trasegándonos unos buenos bocatas), un grupo al que tenía muchas ganas de ver en directo, y que afortunadamente cumplió ampliamente mis expectativas. Gozaron de un sonido más que aceptable (casi diría que el mejor de la noche) para una sala como la
Multiusos, famosa en estos lares precisamente por todo lo contrario, es decir, por ser la pesadilla de todo técnico de sonido. Los toledanos, ante una sala todavía con media entrada, demostraron que son un pedazo de banda y se marcaron un estupendo concierto de una horita de duración en el que fueron desgranando temas de su excelente último disco,
"The End of Maiden Trip" (2009), como
"Hola(See the Animals)", "Everything Reminds Me of You",
"Guerrilla","I", "My Plan", "So What" con éxitos de sus anteriores lps, como
"Paranoid", "She", "Rainbows of Colors" o las más conocidas del grupo
"On My Mind" y
"Do it".
Después nos pasamos un rato por el escenario
FIZ Club donde estaba pinchando
Uncolega DJ, el cual no me dijo nada, demasiado sonido electrónico pseudobacaladero, y volvimos al escenario principal donde tocaban los escoceses
Mogwai, a los que no conocía pero había oído hablar muy bien de ellos. Sin embargo, pese a reconocer su enorme calidad como músicos, no me convenció

el estilo
post-rock que practican, con largos y machacones temas instrumentales, con sonidos y distorsiones demasiado rayantes para mi gusto. En fin, que me parecieron bastante cansinos, y tampoco les presté mucha atención (lo que redundó en que pasáramos demasiado tiempo del que hubiera sido deseable en la barra dándole a la birra) y terminara deseando que el concierto acabara y empezaran
Los Planetas, grupo al que me temo había venido a ver la mayoría del público asistente.
Tenía muy altas las expectativas con los granadinos, a los que no había visto nunca tocar en directo, pero lamento decir que, al menos en mi humilde opinión, no estuvieron a la altura. La primera hora de concierto me resultó totalmente aburrida, con un sonido bastante lamentable, con temas que desconocía o que simplemente era incapaz de identificar porque a
Jota no se le entendía una puta mierda.

A final del concierto, tiraron de temas más conocidos, y la cosa remontó un poquito el vuelo con temas como
"Corrientes Circulares en el Tiempo",
"Nunca me entero de nada",
"Un buen día" (uno de mis preferidos y que encima me perdí más de la mitad pues estaba inmerso en otras necesidades fisiológicas más perentorias), y sobre todo,
"Santos que yo te pinte", "Devuelveme la pasta" y
"Alegrías del incendio", las tres seguidas (sin lugar a dudas el mejor momento de su actuación), para terminar con
"Soy un pobre granaíno".
Muy poco bagaje para una banda del prestigio de
Los Planetas, que tiene grandes canciones pero cuyo
set list y sobre todo su directo, me decepcionó la mayor parte del concierto.
Y terminamos con
Love of Lesbian, otra banda a la que prácticamente desconocía, pues únicamente había escuchado apresuradamente su último disco,
"1999", horas antes del concierto, pero que me causaron una grata impresión. Yo me lo pasé muy bien, grité y salté, aunque no conocía las canciones, a excepción de temas nuevos que sí se me habían quedado grabados en mi memoria tras esa breve escucha, como
"Allí donde solíamos gritar", "Club de Fans de John Boy", "Algunas Plantas",
"Incendios de nieve" o "Segundo Asalto". Aunque a esas horas intempestivas el alcohol ya causaba ciertos estragos en mi organismo, por no decir que ya iba muy cargado, aun así estoy en condiciones de afirmar que ofrecieron un muy buen concierto, enérgico, en gran sintonía con un entregado público, consiguiendo divertir al personal (aunque el sonido tampoco fuera para tirar cohetes). Lo mejor de la noche, sin duda (junto a
The Sunday Drivers). Vamos que repetiría sin pensármelo mucho si volvieran a tocar por aquí, cosa que dudo mucho haría con los granadinos de
Jota y cía.

Ya no nos quedamos a la sesión de DJ que estaba programada y nos fuimos a seguir la juerga a la
Sala Zeta hasta largas horas de la madrugada pero como dicen al final de "
Conan el Bárbaro", esa es otra historia (algo accidentada, por cierto).
El sábado, con mucho menos público que el día anterior, vimos a
Bigott, ese extraño barbudo zaragozano que más bien parece haber salido de
Nebraska o
Minnesota que de la ciudad del
Ebro, quien practica un
folk rock un tanto inclasificable y bizarro, pero que tiene su punto. Actuó en formato trío y repasó temas de sus tres albums. No estuvo nada mal.

Después nos fuimos a cenar y no volvimos hasta que le tocaba el turno a
Rufus Wainwright. Y que gran concierto nos ofreció el neoyorkino!!!!
En solitario, vestido con una sencillez (pantalón de vestir y camisa blanca, cachirulo de fiestas incluido) poco común en él y provisto únicamente de su piano (que a ratos alternó con la guitarra) y con su cálida y armoniosa voz, hizo gala de un gran carisma y simpatía, pero sobre todo de una profesionalidad y un buen hacer al margen de toda duda, para obsequiarnos con un recital pleno de emotividad.
Para ello tuvo que sobreponerse a una sala totalmente inadecuada para este tipo de concierto (paradójicamente al mismo tiempo, justo al lado,
Pereza estaba tocando en la
Sala Mozart, que hubiera sido ideal para el bueno de
Rufus y su piano, pero en fin, maestros tiene la iglesia, que se dice), pero consiguió alzarse majestuosamente con su voz y su maestría al piano sobre los murmullos y el ruido de fondo de los maleducados a los que no les interesaba su actuación ni tenían ninguna intención de respetar a los que, como nosotros, habíamos venido esa noche a ver a
Rufus.
Pero no hubo problema,
Rufus consiguió encandilarnos igualmente. Comenzó con la preciosa
"Going to a Town", incluida en su último disco de estudio,
"Release the Stars" (2007) del que también sonaron
"Tulsa" y la no menos deliciosa
"Sanssouci", pasando por temas más antiguos como
"Cigarettes & Chocolate Milk", "Poses",
"Complainte de la Butte" (tema incluído en la banda sonora de
"Moulin Rouge"),
"California", "Gay Messiah", y sobre todo, una impresionante versión del
"Hallelujah" de
Leonard Cohen, el momento cumbre de su concierto, que me puso literalmente los pelos de punta. Excelente concierto.
Totalmente satisfechos nos pasamos por el escenario
FIZ Club y lo pasamos en grande con los
Tachenko DJ's que nos deleitaron con una excelente y variada selección musical (habrá que estar al tanto de los locales zaragozanos en que suelen pinchar estos tipos). Tanto es así, que se nos pasó el tiempo y vimos la parte final del concierto de
Russian Red, que me gustó, pero no puedo opinar de toda su actuación. Y tampoco puedo deciros nada del concierto de
CatPeople, a los que tampoco vimos, pues unos nos marchamos a casa, y otros seguimos de fiesta por la noche zaragozana un ratito más.