
La banda británica es unas de mis obsesiones musicales de los últimos tiempos. Les descubrí con el acojonante "Burning Your House Down" (2010) - uno de los mejores discos del año pasado para un servidor - y por eso me decidí a escuchar su disco de debut. ¿El resultado? Nuevamente me han fascinado: sencillamente brutales.
El piano siempre me ha parecido un instrumento idóneo para el rock (y que quizás esté algo desaprovechado). Jerry Lee Lewis o Little Richard, por poner dos ejemplos, ya demostraron que con este instrumento se podían hacer incendiarias canciones de rock & roll.
Recogiendo el legado de esas dos leyendas vivas del rock, la banda liderada por Jim Jones practica un contundente y descarnado rock'n'roll de corte más o menos clásico, pero dotándolo de una fiera actitud punk y un visceral sonido garage, que funciona como una auténtica apisonadora. Todo un chute de adrenalina patente en pelotazos como el corte de apertura "Princess & The Frog" o temas como "Hey, Hey, Hey, Hey", "Who's Got Mine", "Fish 2 Fry" y "512".
Por cierto, gracias a mi buen amigo Talibán (que afortunadamente hace algo más que localizar bazofias para "El Rincón de la Caspa") me he enterado que vienen a tocar a Zaragoza el 13 de Mayo (La Casa del Loco). Llamamiento urgente: necesito niñera/o para ese día. A estos fulanos no me los puedo perder (además tengo entendido que en directo son la hostia).

El inclasificable cantautor asturiano vuelve en su nuevo trabajo a reinventarse a si mismo y evolucionar en su sonido, adoptando en este "La Zona Sucia" un corte más acústico e intimista, logrando quizás ser su disco más accesible para el gran público (sólo quizás, pues pienso que su predecesor "El Manifiesto Desastre" (2008) ya avanzaba en ese sentido).
Te podrá gustar la música más o menos (a mi particularmente me mola más cuando el asturiano les da a los temas un puntillo más rockero y guitarrero), pero lo que es innegable es que Nacho Vegas es un letrista excepcional, una rara avis dentro del panorama musical nacional, que siempre ofrece cosas interesantes.
Aunque este nuevo disco, que constituye su quinto trabajo en solitario (colaboraciones con Bunbury y Christina Rosenvinge aparte), adolece de un verdadero pelotazo (a lo "Días Extraños", "El Angel Simón", "El Hombre que casi conoció a Michi Panero" o "Morir o Matar") y se echa en falta un tema autodestructivo marca de la casa, que hable de suicidios, drogas y demás vicios, (en este disco la temática se centra en el desamor y el desengaño amoroso) es innegable la pegada de canciones como "Cuando te canses de mi", "La Gran Broma Final" (claramente referido a la etapa de su affaire amoroso con la Rosenvinge), "Perplejidad" o "Lo que comen las brujas" (estos dos últimos con coros infantiles a lo Dead Man's Bones), llamados a convertirse en futuros himnos a corear en los conciertos del asturiano.
En definitiva, un disco notable (aunque con algún que otro altibajo) que seguro supondrá la plena y definitiva confirmación de Nacho Vegas en la escena musical nacional (todos sus conciertos de esta gira e cuentan por llenos absolutos), pero que me parece inferior a "El Manifiesto Desastre" y sobre todo, a "Desaparezca Aquí" (2005), para mi su mejor disco sin discusión.
3.- "High Violet" (

No había escuchado nada hasta la fecha de esta banda de indie rock originaria de Cincinatti, pero animado por el hecho de que apareciera en numerosas listas de los mejores álbumes del año 2010, por unas cuantas buenas críticas que leí por la red y por la recomendación de mi amigo Roberto, me lancé a la escucha de este "High Violet", que supone el quinto disco del grupo.
Lo he intentado, he tratado de esforzarme, le he dado muchas oportunidades a este lp pero no me termina de convencer. Pese a contar con tres o cuatro temas estupendos - "Sorrow", "Terrible Love" o “Bloodbuzz Ohio” - como conjunto se me hace algo pesado (y aburrido a ratos) este álbum tan denso y difícil, con atmósferas turbias y oscuros y melancólicos ambientes plagados de demasiados detalles que al final consiguen que me confunda y me distraiga. Demasiado indie para el tito Furilo.

El año pasado no me enteré de que Disturbed tenía nuevo disco en el mercado. Siguiendo las recomendaciones de Talibán (me reitero en lo dicho antes), para quien "Asylum" era de los mejores discos del 2010, me decidí a darle una oportunidad, pese a que su anterior disco - "Indestructible" (2008) - me resultó en su día bastante repetitivo y algo aburrido (si bien, tampoco es que le diera muchas oportunidades).
Los de Chicago facturan un disco muy potente y accesible, que proporciona unas buenas dosis de caña metalera no reñidas con la melodía que siempre les has caracterizado, y que se sostiene sobre la peculiar voz de David Draiman (rasposa pero melódica al mismo tiempo), los contundentes riffs de guitarra de Dan Donegan y una contudente base rítmica. Puestos a destacar algún tema, citaría "Another Way to Die", "The Animal", "The Infection" o el tema que da título al disco.
Como suele ser habitual el disco también incluye una versión: si en anteriores trabajos abordaron versiones de Faith No More ("Midlife Crisis"), Tear For Fears ("Shout") o Genesis ("Land of Confusion") con excelente resultado en este le toca el turno al “I Still Haven’t Found What I’m Looking For” de U2 y lo vuelven a bordar.
"Asylum" mejora su antecesor pero todavía sigue sin superar la que para mi es su obra cumbre, "The Sickness" (2000), su disco de debut. En cualquier caso, no les va nada mal a los de Illinois: “Asylum” es su cuarto trabajo consecutivo en estrenarse como número 1 en el Billboard norteamericano, hazaña tan solo alcanzada hasta ahora por Metallica y Dave Matthews Band.