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martes, 2 de marzo de 2010

Reseña Cine: "Invictus"

La nueva película de mi idolatrado Clint Eastwood puede que no sea su mejor film, desde luego no está a la altura de las últimas obras maestras de su filmografía - "Sin Perdón", "Mystic River", "Million Dollar Baby" o "Cartas desde Iwo Jima", sólo por citar algunas - pero es un gran film, cargado de buenas intenciones, muy entretenido y totalmente recomendable si lo que quieres es pasar una buenísima tarde de cine para alegrarte un poquito la existencia en estos tiempos que corren.

Una película, como decía el amigo Jero en su excelente reseña, de "cuya proyección uno sale con ganas de ser más generoso, humilde y compasivo. Mejor persona, en definitiva".

Aunque solo sea por esta vez, el tito Clint no nos muestra el peor lado de las personas ni lo más amargo de la vida, en esta ocasión no he salido del cine totalmente roto, jodido y desolado por la dureza o tristeza de las historias que suele contar este hombre en sus películas; y eso, de vez en cuando viene bien, que queréis que os diga, no me voy a quejar por eso.

Y puede que el viejo Eastwood no tenga la maestría para contar este tipo de historias - digamos de tono más amable - que evidentemente si que tiene para las otras, pero no por eso no deja de ser un grandísimo director, ni es óbice para que "Invictus" sea una gran película, muy bien narrada de principio a fin, que cuenta con dos grandes interpretaciones, momentos brillantes y que logró emocionarme en otros. Todavía siguen resonando en mi mente los versos finales de "Invictus" ese magnífico poema de William Ernest Henley, que sirvió de inspiración y dio fuerza a Mandela en los momentos más duros de su encarcelamiento y que también lo es de François Pienaar, el capitán del equipo de rugby que interpreta un gran Matt Damon: "Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma....".

Quizás el personaje de Nelson Mandela - un Morgan Freeman inmenso que se come la pantalla, cuya interpretación (ojo a sus gestos y movimientos que son para enmarcar), merecería ser premiada con un Oscar - esté retratado sin demasiada profundidad, que nos lo muestre como una excelentísima persona, todo bondad y generosidad, sin un ápice ni un atisbo de que pueda tener, como todos los seres humanos, un lado oscuro (tan solo pasa de soslayo por su profunda soledad y una evidente enemistad con su familia, cuyo origen no se cuenta). Todo un santo, vamos. Cuidado, que no digo yo que no lo sea, pues no conozco en profundidad su historia más allá de lo que haya podido ver en unos cuantos telediarios; en cualquier caso, es innegable que el presidente sudafricano consiguió, apenas un año después de ser elegido presidente, la difícil tarea de que el rugby, deporte que simbolizaba la supremacía blanca en el país, unificara bajo el lema "One Team, One Nation" a toda la población en pos de un sueño: lograr el título de campeón.

Pero pienso que lo importante de la película no es la figura de Nelson Mandela (aunque lo sea) ni la intención de Eastwood es realizar un retrato totalmente fidedigno de su persona. Lo fundamental en "Invictus" es el perdón, la coexistencia pacífica entre personas sin importar su raza, sexo o condición, y el valor de la solidaridad, la unión y el trabajo en equipo para lograr un objetivo común. Y si ese era el objetivo de su director (yo así lo creo), la película cumple con creces tales expectativas. Porque como dijo mi mujer al salir del cine, "Invictus" es una película que te reconcilia con el género humano.

Tampoco Eastwood profundiza en demasía en las diferencias sociales y tensiones raciales existentes todavía en el país tras la abolición del apartheid y la llegada de Mandela al poder, pero al genial director le basta con un par de detalles para dejarnos claro como era el panorama (como por ejemplo, todo lo que ocurre con los miembros del equipo de seguridad de Mandela, o lo que significaba para los negros el equipo de rugby (los Springbooks), todo un símbolo para la minoría blanca, los afrikaners). Y eso solo está al alcance de muy pocos directores.

No soy aficionado al rugby y apenas conozco sus reglas. Pero sin embargo, la película no se me hizo pesada, todo lo contrario, y creo que las escenas de los partidos están muy bien rodadas, con el punto justo de épica, realismo y emoción, siendo perfectamente comprensible lo que ocurre en el terreno de juego, incluso para los neofitos en este deporte. Lo único que se me hizo algo molesto es que el partido final se alarga en exceso, no por lo que ocurre en la cancha, sino por un excesivo afán de Eastwood de mostrarnos la unión de todo el pueblo sudafricano (blancos y negros) con su equipo nacional de rugby, mostrando demasiadas imágenes de la gente en el campo, en los bares, en las afueras del estadio (con un abusivo uso de la cámara lenta).

Pese a, como digo, no ser aficionado al rugby si que recuerdo aquella Copa del Mundo de Sudáfrica de 1995, sobre todo aquella épica final entre Sudáfrica y los All Blacks de Nueva Zelanda. Y sobre todo recuerdo aquel portento físico y técnico que era el jugador maorí, Jonah Lomu, que por su fuerza, potencia y velocidad me encadiló en su momento. Desde entonces (y mira que ha llovido) no había vuelto a ver un partido de rugby.

Y fíjate tu por dónde, después de ver "Invictus" me sorprendí este fin de semana tragándome enterito, de principio a fin (y disfrutando de lo que veía, ojo), un partido de rugby de la liga inglesa en Teledeporte. ¡Que cosas! Lo que no consiga el viejo Clint....

6 comentarios:

Jero Piñeiro dijo...

Casi de acuerdo contigo en todo. Sin ser lo mejor de Eastwood (difícil lo tenía) me ha parecido una peli cojonuda que además de valores cinematográficos está repleta de valores humanos (muchas gracias por mencionarme en la entrada, por cierto ;))

Lo único que te discutiría es que "Cartas desde Iwo Jima" sea una obra maestra. A mí me resultó bastante plomiza. Por otro lado, creo que a la gente siempre se le olvida lo buena que es "Un mundo perfecto". Ésa sí compite en la misma liga que "Mystic River", "Million dollar baby" o "Sin perdón". Puf, menuda fimografía la del tito Clint...

charlie furilo dijo...

De nada, tu reseña lo merecía. En cuanto a "Cartas desde Iwo Jima" a mi si me lo pareció (eso si, un escalón por debajo de las otras tres que cito). No así "Banderas de nuestros padres" que si me decepcionó bastante (de hecho creo que es la peor que ha hecho desde que hizo "Deuda de Sangre", "Space Cowboys" y "Ejecucion Inminente", tres seguidas que eran bastante flojas).

En cambio si que estoy de acuerdo contigo en que "Un Mundo Perfecto" es una obra maestra, y si que compite en esa liga. De hecho, de sus películas de la década de los 90 es mi preferida después de, por supuesto, "Sin Perdón" (y eso que tenemos por esa época dos peliculazas como "Medianoche en el jardin..." y "Los Puentes de Madison").

Que razón tienes, menuda filmografía....

joseba dijo...

Pues a mí me vais a perdonar, pero Million dollar baby me parecío un dramón que buscaba la lágrima fácil, no le podían pasar más putadas a la pobre mujer. Donde este el Eastwood de los spaghetti westerns..

charlie furilo dijo...

JOSEBA: y porque sea un dramón no puede ser una obra maestra? Y no creo que busque la lágrima fácil ¿que es una película dura? Pues si

Los spaghetti westerns del Leone pues tenían su punto, pero vamos yo me quedo con los westerns dirigidos por el tito Clint como "Sin Perdón", "El Jinete Pálido", "El fuera de la ley" o "Infierno de Cobardes", por ejemplo. Cuatro peliculones como la copa de un pino.

Jero Piñeiro dijo...

Joseba: creo que no conviene confundir la lágrima fácil con el drama encarnizado, son cosas distintas. No creo que la intención de Eastwood con "Million dollar baby" fuera hacer llorar al personal, sino transmitir un mensaje de carácter humano (y también ético) acerca de un tema controvertido. Es como si me dices que Spielberg buscaba la lágrima fácil en "La lista de Schindler". Yo lloré como un bendito, pero tengo muy claro que la película no se hizo para dar una visión cruda y realista sobre la vida en los campos de exterminio, no para cultivar lagrimones... (para eso ya están los "Buscando Nunca Jamás" y demás dramas de baja ralea).

Charlie: hombre, tampoco se trata de bajar a uno para subir al otro. "Sin perdón" y "El jinete pálido" son dos westerns de mear y no echar gota ("El fuera de la ley" está algo poco por debajo e "Infierno de cobardes" me parece una película interesante pero primeriza). Pero, por otro lado, yo no despacharía lo que Leone supuso para el cine en general y para el western en particular con un simple "tenía su punto". "Hasta que llegó su hora" me parece una puta cumbre del Séptimo Arte y posiblemente el mejor western que he visto jamás (muy disputado con el amigo William Munny, claro... depende del día que me preguntes).

charlie furilo dijo...

JERO: Totalmente de acuerdo en lo relativo a "Million Dollar Baby".

En cuanto a Sergio Leone mi intención desde luego no era desprestigiar su filmografía. Me parece un gran director, reconozco su valía y lo que supuso no sólo para la renovación del western sino también para el cine.

Con ese "tienen su punto" - para nada peyorativo - yo me refería a la trilogía de westerns que protagonizó Eastwood (y que le lanzó a la fama, por cierto) en relación al comentario de Joseba; particularmente, y reconociendo la gran influencia de Leone en Eastwood, prefiero sus westerns que cito (y todas el puñado de obras maestras que este buen hombre ha dirigido) a esos tres westerns en concreto - que me parecen muy buenas películas pero no obras maestras: "El Jinete Pálido" y "Sin Perdón" si lo son, en mi opinión - que dicho sea de paso, no me parecen los mejores trabajos de Leone. Yo también pienso que su mejor obra es la peli que dices con Henry Fonda y Charles Bronson (uno de los mejores westerns que recuerdo haber visto)y "Érase una vez en America", las cuales si que alcanzan, en mi opinión, la categoría de obra maestra.