Reseña Concierto: Fito & Fitipaldis

En un Pabellón Príncipe Felipe lleno hasta la bandera, Fito Cabrales y sus secuaces nos ofrecieron el pasado jueves 28 (víspera de la festividad de San Valero, patrón de Zaragoza) una estupenda noche de música en directo, de rock & roll de cinco estrellas.

Da igual que su último disco no me termine de convencer, que lo pinchen hasta la saciedad en las radiofórmulas y que el grupo avance a pasos agigantados hacia terrenos más comerciales. Fito & Fitipaldis son un pedazo de banda como la copa de un pino, un grupo con unos musicazos de la hostia, que borda los directos y por el que vale la pena pagar cada euro de los 25 que costaba la entrada.

Tras la actuación de La Cabra Mecánica, que cumplieron con creces su papel de teloneros - en esta gira que supone la despedida de la banda de Lichis -, y tras un video de dibujos animados con la banda como personajes, en la que nos mostraba a Fito intentando llegar a tiempo al concierto, enlanzándolo con su aparición en el escenario, comenzó el concierto con "Antes de cuente diez", el primer single de su nuevo trabajo, para seguir con "Un Buen Castigo", "Por la boca vive el pez," "Viene y va" y "Como pollo sin cabeza", en un magnífico inicio de actuación con el que se ganó el fervor de un público de todo pelaje (desde críos de 7 o 10 años, pasando por adolescentes, treintañeros, cuarentones y hasta algún jubilado que otro), que por otra parte venía ya totalmente entregado.

Tras ese magnífico comienzo vino un pequeño altibajo motivado en mi opinión por enlazar tres temas seguidos de su último trabajo, uno que no recuerdo, "Todo a cien" y "Catorce vidas son dos gatos". No obstante, debo decir, que en líneas generales, el listado de temas está muy bien elegido y ordenado, y el ritmo del concierto, a pesar de tener ese altibajo se mantuvo en un constante en el que las canciones más movidas se equilibran con las más lentas, las soberbias intervenciones del excepcional Carlos Raya - un mago con la guitarra eléctrica, la slide y pedal steel guitar -, con las del propio Fito, y todo aderezado por el excelente trabajo del saxofonista Javier Alzola.

Tras ese altibajo, siguieron enlazando el tema instrumental "La Cuisine de Bernard" de su último disco (con Carlos Raya maravillándonos a ritmo de la pedal steel guitar) con la versión del "Quiero beber hasta perder el control" de Los Secretos, para después cantar junto a Lichis de La Cabra Mecánica, "Barra Americana". Después llegó el blues de "Que me arrastre el viento" y "Los huesos de los besos", para acto seguido "Whisky barato" y "Deltoya", para con la gente totalmente entregada y en pleno subidón tocar "Tarde o temprano" (uno de los mejores temas de su último album) y la archiconocida "La casa por el tejado", llegando a la catarsis colectiva con la no menos famosa "Soldadito marinero". En los bises, nos dejaron "Al cantar" y "Abrazado a la tristeza" en formato acústico, y como colofón de lujo para cerrar más de dos intensas horas de concierto, "Corazón oxidado", "Que necesario es el rock & roll" (mi preferida del último lp) y "Acabo de Llegar".

En definitiva: Un excelente concierto. Y si, amigo Fito, tienes toda la razón: ¡que necesario es el rock & roll!

P.D. Inmediatamente procedo a subsanar un terrible e imperdonable error, una omisión inadmisible (sobre la que no han tardado tiempo en advertirme en los comentarios): Gracias al amigo Talibán por su ayuda a la hora de reconocer algunas canciones y sus nombres correctos (sobre todo las del último disco), sin cuya ayuda no hubiera sido posible editar esta reseña.