Parecía imposible superar el nivel de calidad de los 13 primeros capítulos de "The Wire", pero creo no equivocarme si os digo que estos 12 capítulos que componen la segunda temporada son incluso mejores, lo que no era nada fácil, os lo aseguro.
El puerto de Baltimore y sus muelles de carga están en total decadencia. El trabajo para los estibadores escasea cada vez más y los días de bonanza hace ya tiempo que quedaron atrás. Frank Sobotka, no se da por vencido, vive por y para el Sindicato de Estibadores, y lucha con todas sus fuerzas para comprar favores y obtener votos que consigan sacar adelante la alicaída actividad de los muelles. Sin embargo, la única manera de obtener fondos es al margen de la ley, vendiendo su alma al diablo; por ello, junto con sus más fieles colaboradores, llega a un acuerdo con la banda de "El Griego" (Bill Raymond), para hacer la vista gorda y permitir la entrada en el puerto, evitando la aduana, de contenedores (o "latas" como las llaman en la serie) con mercancías "ilegales", sin plantearse siquiera que es lo que contienen.
Todo esto cambia el día en que en un contenedor aparecen asfixiadas varias chicas de Europa del Este traídas a los EEUU para ser prostituidas, y es entonces cuando la "mosca cojonera" McNulty (Dominic West), que ha sido desterrado a una patrullera de la Policía Portuaria, comienza a meter las narices en el asunto, simplemente para putear a su antiguo jefe el Comisario Rawls (John Doman) y endiñarle 14 asesinatos de dificil resolución para joderle las estadísticas. Eso, y una disputa personal entre Sobotka y el jefe de policía Valchek (Al Brown) ¡por una vidriera! que ambos querían colocar en la parroquia frecuentada por feligreses de ascendencia polaca (como ellos dos), precipita la investigación del asunto.
Valchek guiado por su enemistad con Sobotka presiona a los diferentes mandos policiales y consigue que se monte un equipo para investigar a su enemigo y al Sindicato de Estibadores, y el elegido finalmente (tras varios dimes y diretes entre los distintos jefes policiales, como no podía ser de otra manera) es el equipo de la primera temporada, cuyos integrantes (Daniels, McNulty, Greggs, Freamon, Pryzbylewski...) vuelven de su "destierro", dejan sus aburridos nuevos puestos de trabajo y comienzan una apasionante y compleja investigación (contrabando, tráfico de drogas, redes de prostitución, homicidios...), en la que la que además de la banda de "El Griego", Sobotka y sus estibadores, los traficantes aparecidos en la primera temporada - pese a protagonizar otra interesante subtrama de traiciones y maquinaciones - continúan teniendo su protagonismo en la trama principal (pese a que algunos de ellos estén en la cárcel) que se extiende durante 12 apasionantes capítulos, llegando a un duro, desencantador, memorable y desolador final, incluso mejor que el de la primera temporada. Acojonante, de verdad.
Todas las virtudes de la primera temporada, de las que yo os hablé en su momento, reaparecen sublimadas y magnificadas en esta segunda temporada, así que no voy a redundar en ellas. A lo dicho en su día me remito. El resto es cosa vuestra.
Esta serie es de obligado visionado. Quizás no sea una serie masiva ni, desde luego, demasiado conocida, nunca podrá competir en audiencias ni en popularidad con otros productos televisivos de éxito, pero creedme si os digo que es una puta maravilla, una delicatessen de tomo y lomo.
Hacía tiempo que no encontraba unos guiones tan fascinantes, tan trabajados, que no precipitan los acontecimientos, no necesitan de trucos ni artificios, sino que van desarrollando la historia pausadamente, avanzando sin prisas hasta su desenlance final, en el que todo queda perfectamente explicado, sin ningún tipo de grietas ni agujeros narrativos. Y que personajes, madre mía, todos complejos, plenos de riqueza y matices, con el añadido de que a los maravillosos caracteres aparecidos en la primera temporada (McNulty, Daniels, Freamon, 'Prez', Greggs, Omar Little, los Bardsdale, Stringer Bell, 'Bunk' Moreland...), que más o menos todos vuelven a aparecer en esta segunda entrega, se suman los personajes de esta segunda, incluso más interesantes, de entre los que sobresalen, los tres Sobotka (padre, hijo y sobrino), espectaculares, así como los inquietantes "El Griego" y su lugarteniente Spiros (Paul Ben-Victor).
Toda una obra de arte, una pieza de alta orfebrería que merece ser enmarcada y recordada para la posteridad. Un lujazo que no os podéis perder.
2 comentarios:
Suscribo cada palabra, cada punto y cada coma de tu reseña. Desde luego no es una serie que vaya a gustar a todo el mundo (por cuestiones de sobriedad, estilo, ritmo y argumento), pero en lo que a mí respecta es lo mejor que he visto nunca en televisión (bueno, ex-aequo con "Los Soprano" y dependiendo de a qué lado de la ley me despierte ese día). Acaba de salir en DVD la 3a temporada y ya ha ido para la saca, jejeje... La veré en las vacaciones navideñas con mi hermano, en rigurosa V.O. y de un tirón, como se merecen mis queridos y admirados Jimmy McNulty y Omar Little... Y a ver si alguien me regala en Reyes la 4a, que o ya ha salido o está al caer... Lo dicho: una puta obra de arte ("y ni siquiera soy griego", jajajaja)
Pues si, amigo, una puta joya que deja en pañales a muchas de sus competidoras del género policiaco (y mira que me gusta "The Shield"; ya veremos si "Los Soprano", el día que me ponga a ello, consigue desbancarla en mis preferencias. No veo el momento de empezar con la 3ª temporada (la que se empieza a montar entre Stringer Bell-Avon Barksdale-Proposition Joe con Omar Little y el Hermano Mouzone por ahí rondando, tiene una pinta que pedes...
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