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jueves, 3 de diciembre de 2009

Reseña Cómic: 100 Balas: "El Declive"

Se acabó, finito, kaputt...

Parecía que este día no iba a llegar nunca (de hecho, no puedo negar que me invade un cierto sentimiento de tristeza porque finalmente, como no podía ser de otra manera, la serie termine), pero tras una larga travesía de casi 10 años, con 100 números publicados, "100 Balas", esa magnífica serie creada por Brian Azzarello y Eduardo Risso, echa el telón.

Y lo hace con este último tomo recopilatorio (que contiene los núms. #89 a #100 de la serie) llamado "El Declive" - "Wilt", en inglés, como el jugador de baloncesto Wilt Chamberlain, famoso por anotar 100 puntos en un partido y que jugaba con el número 13, como el número que hace este tomo recopilatorio, siguiendo la tónica de los dobles sentidos y juegos de palabras de los que Azzarello ha hecho gala en todos y cada de los títulos de los tomos recopilatorios - .

Esta última entrega, pese a que, como todas las anteriores, he disfrutado como un enano, si que me ha dejado un cierto sabor agridulce. Y no sólo porque suponga el final de la serie. Me explico. Con independencia de la trama principal de conspiraciones, maquinaciones y traiciones que implicaba al Trust y sus distintas familias, el Agente Graves y sus milicianos, siempre me han parecido mucho más interesantes las pequeñas historias o subtramas ajenas a la trama principal, aquellas que ambientadas en los bajos fondos contaban crudas y realistas historias de personas anónimas o de personajes secundarios (o de los mismos milicianos - Cole Burns, Milo Garret, Willy Times - cuando no todavía ni siquiera sabíamos que lo eran y formaban parte del plan orquestado por Graves). La trama principal, estaba ahí, subyacente, Azzarello nos iba dejando pequeños detalles, dosificando la información, pero solo era el hilo conductor, el verdadero meollo eran esas historias más o menos autoconclusivas.


Sin embargo, en este tomo final poco de eso existe - a excepción de la brutal historia del niño pandillero Pip - pues, lógicamente los esfuerzos de Azzarello se centran en tratar de cerrar la trama principal, poner al descubierto las distintas confabulaciones, y me sabe malo decirlo, pero pienso que lo hace de manera un tanto atropellada y confusa. Todo sucede demasiado rápido y con demasiados giros inesperados y traiciones sobre traiciones, resintiéndose un tanto el clímax final. Como no podía ser de otra manera, todo acaba "como el rosario de la aurora", en una orgía de violencia, muerte, sangre y destrucción, donde prácticamente no queda vivo ni el apuntador. Y lo que parecía una intrincada y enrevesada trama conspiratoria de la que ibamos teniendo información con cuentagotas, de repente se nos desvela de golpe, a mansalva, a cascoporro (regado eso sí, con abundante sangre), quedando la impresión de que todo no era tan complicado como a priori parecía (no se si me he explicado, pero bueno...)

No obstante, si hay una serie que, para valorarla debidamente y en toda su magnitud y grandeza, precisa de una futura relectura de manera continuada (evitando los continuos y largos parones existentes entre la publicación en España de los diferentes tomos recopilatorios) es, sin lugar a dudas, "100 Balas". Así que cuando tenga tiempo y ganas, me pondré a ello.

El que sigue en plena forma es el argentino Eduardo Risso, cuyo trabajo a los lápices no sólo no ha decaído en ningún momento a lo largo de toda la serie, ni ha mostrado signos de agotamiento, sino todo lo contrario: como el buen vino ha ido ganando calidad con el tiempo, y en estas últimas entregas es el que ha sostenido el peso de la narración. Su increíble trabajo - junto con la labor a los colores de Patricia Mulvihill - por sí solo justificaría seguir "100 Balas". Y además hemos tenido la increíble suerte de disfrutarlo durante los 100 números de la serie, algo más bien inaduito en el mundo del cómic actual dado a constantes cambios en los equipos creativos. Igualmente excepcional es el trabajo de Dave Johnson, que nos ha regalado unas maravillosas portadas durante todos estos años, destacando en especial, estas últimas entregas, algunas de ellas magníficas y ciertamente espectaculares.

En definitiva, pese a ese amargo regusto que me queda, ello no empaña la enorme calidad de esta serie, ni los magníficos momentos que me ha hecho pasar. Creo sinceramente que lo importante no es si el final de la serie está mejor o peor resuelto (supongo que habrá opiniones para todos los gustos), sino si este largo recorrido de 100 números ha valido la pena. Y sobre eso no me cabe la menor duda que la opinión de todos aquellos que hemos seguido la serie será unánime: ha sido un viaje fascinante y totalmente enriquecedor. Por méritos propios "100 Balas" es una serie que no puede faltar en la biblioteca particular de todo aficionado al cómic.

4 comentarios:

Jero Piñeiro dijo...

El final no ha estado a la altura, pero el viaje ha sido una pasada. Espero que con "Scalped", la nueva serie estrella de Vertigo (que no, coño, que "Fábulas" no) no pase lo mismo, porque por ahora me está pareciendo incluso mejor...

Risso, sin discusiones, es un jodido fenómeno.

charlie furilo dijo...

Me leí el primer tomo de "Scalped" y me encantó. A ver si me agencio los siguientes ("Fabulas" es un bluff absoluto...)

Jero Piñeiro dijo...

Pues los 3 siguientes son de mear y no echar gota. La forma en que las tramas crecen y los personajes se desarrollan es modélica. Ultrarrecomendado.

charlie furilo dijo...

Oído cocina. Trataré de seguir la serie, si el "cash" (como diría la ínclita Carmen Lomana) me lo permite, que difícil lo veo, porque hay varias cosas interesantes que se han publicado ultimamente (Powers, Incógnito, Capitán América...)